Entrevista al Dr. D. Salvador Ivorra Chorro (Catedrático Dpto. Ingeniería Civil -UA)
16 agosto 2022
Don Salvador Ivorra Chorro, Vicerrector de Infraestructuras, Sostenibilidad y Seguridad Laboral de la UA – Universidad de Alicante. Catedrático en el departamento de Ingeniería Civil de la UA. Dr. Ingeniero Industrial por la UPV – Universidad Politécnica de Valencia. Actualmente es colaborador del Área PIN-ICA de la Agencia Estatal de Investigación. Miembro del Consejo Editorial del Journal of Architectural Heritage. Investigador. Ha sido profesor visitante en las universidades de Bristol y Bari. En resumen, un miembro muy activo de la comunidad científica y del mundo de la construcción.
Pregunta: Como investigador, ¿cómo ve el futuro de nuestro sector, la construcción, en estos momentos que, tras la pandemia y con la guerra de Ucrania, estamos teniendo problemas de suministros, inflación importante, etc., desde su posición y expectativas?
En mi opinión la industria española ha sido y es muy innovadora y ha sabido adaptarse a las necesidades del mercado. En muchos productos mantenemos capacidades importantes de producción industrial en el sector de la construcción, como el sector cerámico, y creo que debemos potenciarlos. Aunque se primen otros sectores, la industria de la construcción seguirá siendo un pilar fundamental en el desarrollo económico. Tenemos un importante parque de viviendas antiguo que necesita inversiones para su actualización y para su seguridad, una parte importante de nuestras infraestructuras también tiene más de 40 años y tendrá que invertirse en ellas para mantener su seguridad, estas incluso son infraestructuras críticas. Por todo ello, a pesar de la inflación y de los costes de la energía la construcción seguirá siendo un motor económico de nuestro país. Algunos de los problemas de suministros se deben a materiales que vienen de muy lejos, especialmente en otros tipos de industrias, en el caso de la construcción la mayor parte de las materias próximas son de entornos cercanos, para este sector como la mayoría el principal problema es el incremento del coste de la energía debido a que el transporte de materiales y también los desplazamientos de las personas generan unos costes que necesariamente tendrán que trasladarse al usuario final, aun así nada hace prever que de forma inmediata se vaya a producir una reducción brusca en este sector.
P: Al hilo de la pregunta anterior, ¿considera que esas dificultades pueden suponer aspectos positivos de cambio respecto de los usos y modos más tradicionales?
El sector de la construcción es altamente tradicional con una inercia muy elevada y es muy difícil introducir cambios significativos. En los últimos años la industria de la construcción industrializada se ha abierto un hueco importante, pero a pesar de ello sigue siendo un porcentaje muy escaso de la construcción. Viviendas de madera, edificios con estructura prefabricada o incluso edificios completamente industrializados se han ejecutado recientemente, sin incidir en el gran volumen de infraestructuras que se realizan de este modo. La optimización de costes, la reducción considerable de residuos, la velocidad de ejecución, la reducción de riesgos laborales y una construcción con mejores acabados vendrá de la mano de la construcción industrializada, que antes o después se abrirá un nicho en el mercado. Sin duda, el ajuste de los costes de estos procedimientos constructivos puede favorecer su implantación en estos momentos de cambios.
P: En su entorno, científico y de conocimiento, es lógico apostar por propuestas novedosas, pero esto no discurre parejo con la realidad constructiva; usualmente nos encontramos con que muchos profesionales, incluidos los titulados, prefieren seguir los métodos más tradicionales, que son más conocidos y les resulta más cómodo llevar a cabo las obras con menor resistencia por parte de todo el personal. En su opinión, ¿qué importancia tiene en un proyecto la búsqueda de soluciones innovadoras o de mayor eficiencia?
Cuando nos enfrentamos a un proyecto nuevo lógicamente planteamos las soluciones que conocemos, hemos estudiado y las que nos han funcionado correctamente en otros proyectos. La incorporación de soluciones innovadoras también tiene que estar basada en un conocimiento previo y que garantice al proyectista que va a minimizar los riesgos de la existencia de problemas y, por supuesto, cumplir la normativa vigente. La elección de un material nuevo para un cerramiento, un revestimiento o incluso un refuerzo estructural se debe basar en un profundo conocimiento de la solución y no se puede llevar en una construcción real sin ese convencimiento. Cuando hemos aplicado soluciones innovadoras en refuerzos de estructuras ya poseíamos un profundo conocimiento basado en ensayos de laboratorio y modelos numéricos que nos garantizaban que la solución iba a funcionar correctamente y con durabilidad en el tiempo. Las soluciones innovadoras deben de aportar beneficios frente a las tradicionales: durabilidad, reducción de coste, optimización del espacio, etc., si no es así será difícil que sea aceptada.
P: Uno de los objetivos de la Cátedra Krystaline-UMH es analizar la eficiencia en el sector de la Construcción. ¿Cree que sería posible calcular el coste de los mantenimientos y reparaciones debidos a patologías relacionadas con errores o problemas constructivos? ¿Sería posible reducir los consumos excesivos si se mejorase la calidad y se aumentara la vida útil de las infraestructuras?
Los costes de mantenimiento de una construcción sí es posible evaluarlos. Estos costes medios están entorno a una inversión anual equivalente al 2-3% del coste total de la misma, lógicamente los primeros años de vida de la misma necesitará una inversión menor que en los siguientes. Sin duda, una inversión anual como esta amortiguaría los daños que pueden presentarse por patologías, a no ser que estas sean sobrevenidas.
Existen estudios sobre la inversión en mantenimiento correctivo en el sector de la construcción y los costes que determinadas patologías estructurales generan. Sin duda, la corrosión de las armaduras del hormigón armado es uno de los grandes costes de mantenimiento que tanto comunidades de propietarios como las administraciones sufren anualmente. Un estudio de 2009 en el Reino Unido muestra que la inversión anual realizada sólo en la reparación de estructuras de hormigón armado próximas a zonas costeras estaba en el entorno de los 755 millones de libras esterlinas[1]. La NACE International (Asociación internacional de Ingenieros de Corrosión) en los que se estima que el coste total de la corrosión a nivel mundial puede oscilar entre el 3,5 y el 5% del producto interior bruto de cada país (no sólo en construcción). Siguiendo este dato y haciendo una extrapolación sencilla, en la Comunidad Valenciana necesitamos una inversión anual de entre 3.700 y 5.500 millones de euros para solventar el problema de la corrosión a todos los niveles, no solo en la construcción. Más de un 30% de estos costes podrían reducirse con un buen diseño y sobre todo un buen mantenimiento preventivo.
P: Teniendo en cuenta la complejidad de nuestro particular mundo, ¿cree que seremos capaces de lograr una construcción más sostenible y respetuosa con nuestro medio ambiente?, ¿o quizás es una larga tarea que dejaremos en herencia a nuestros sucesores durante generaciones?
Sin duda, sí seremos capaces. La línea que garantizará que la construcción sea más sostenible es la que marquen las administraciones con sus normativas y reglamentos. Algunos productos que se han utilizado en la construcción en el pasado ya no se utilizan tanto por la sostenibilidad como por los posibles daños a las personas (ahí tenemos el ejemplo del amianto o del fibrocemento con amianto). Los cambios en este sector son muy lentos pero vendrán guiados por los cambios normativos. Es difícil introducir un nuevo material o una nueva tipología constructiva si además no generan un ahorro considerable en el precio final de la construcción. Los ODS y todas las directivas europeas que posteriormente se trasladan a España van en esa línea y por tanto más pronto que tarde estaremos actualizando estos aspectos de sostenibilidad en el sector de la construcción.
P: Hablando de su especialidad, investiga largamente sobre el sismo y sus consecuencias en las construcciones, ¿cree que nuevas y más respetuosas soluciones y materiales harían posibles mejores comportamientos ante estos sucesos? ¿Podría citarnos alguna experiencia al respecto?
El diseño de estructuras resistentes al terremoto es un aspecto delicado en la provincia de Alicante. No porque en la actualidad no se cumplan estrictamente las normativas sismorresistentes sino porque en el pasado no se han considerado y tenemos muchas construcciones que no cumplen algunos requisitos mínimos, por ejemplo resistencia al sismo en dos direcciones: Estructuras con pórticos planos y forjados unidireccionales sin consideraciones especiales no cumplirían esos aspectos, por ejemplo. Cada vez existe más conciencia, por supuesto no solo entre los técnicos, de las necesidades de un buen diseño sismorresistente, simplemente cumpliendo la normativa vigente. Existen soluciones más innovadoras, no solo a nivel estructural sino también como elementos secundarios.
P: Como inventor, háblenos de sus patentes y cómo podrían mejorar los resultados, la durabilidad, y los comportamientos estructurales. Hablamos de sus patentes:
- Sensor óptico para la monitorización de estructuras.
- Dispositivo y sistema para disminuir la fase aérea en las estructuras de edificación. (no se encuentra en explotación)
El desarrollo de la instrumentación con el sensor óptico para la monitorización de estructuras la estamos desarrollando a través de la Empresa de Base Técnológica de la Universitat Politècnica de València, Calsens. A partir de esta tecnología estamos monitorizando infraestructuras en diversos puntos de la Comunidad Valenciana y garantizando la seguridad de infraestructuras críticas. Este trabajo nos permite extender la vida útil de algunas construcciones. Como sabemos las construcciones de edificación se suelen diseñar para una vida útil de 50 años y las infraestructuras para 100 años. Esta tecnología de monitorización estructural, frente a otras nos permite control de deformaciones, temperatura, vibraciones e incluso aspectos relacionados con la durabilidad de una manera muy precisa y estable en el tiempo sin la influencia de interferencias electromagnéticas o la descalibración del sensor por falta de suministro eléctrico.
P: Como profesor colaborador con universidades de Reino Unido e Italia, ¿cómo estamos en España en el sector de la construcción en general, desde la universidad hasta la realización?, ¿a la par, retrasados, avanzados…?
Los estudios universitarios han sufrido un enorme cambio con la implantación de los grados y másteres en Europa, no siempre para bien, dado que la idea original de grupos muy pequeños y atención muy personalizada no se ha podido desarrollar debido a los costes de implantación de esta metodología. Nos hemos tratado de acercar más al concepto de estudios universitarios anglosajón. Estos cambios no nos han homogeneizado con Europa ya que hay países con grados de 3, 4 o incluso 5 años. Teóricamente los estudiantes vienen muchas menos horas a clase para poder desarrollar en casa un 40% de formación a través del estudio. En España los niveles de exigencia/dificultad se han modificado considerablemente con respecto al concepto tradicional de estos estudios. Este cambio también ha ocurrido en muchos países debido a que tenemos unas tasas de egresados comprometidas por los planes de estudio. Con estos cambios, en España se han incluido muchas más enseñanzas prácticas que en otra época: laboratorios, ensayos, prácticas informáticas, entrega de proyectos.
Los estudios en Italia de Ingeniería Civil son muy similares a los nuestros con una fuerte formación básica. Me sorprende positivamente que los estudiantes son muy independientes y están muy acostumbrados a la utilización de herramientas informáticas, no necesariamente porque se las enseñen en clase sino porque se las demandan en las entregas de trabajos/proyectos.
En el Reino Unido el concepto es muy diferente, los estudiantes están muy guiados por sus profesores con grupos muy pequeños. El profesor tiene una serie de ayudantes que atienden de una forma muy personalizada al estudiante. La principal misión del profesor catedrático es captar recursos económicos para la universidad, bien de investigación o bien captando estudiantes extranjeros que tienen un coste de matrícula muy elevado. La enseñanza práctica es similar a la nuestra pero con una gran parte de la evaluación a través de entrega de proyectos. En la Universidad de Bristol me sorprendió el concepto de salas de trabajo para trabajo en grupo y que en la propia cafetería haya una gran cantidad de ordenadores con software avanzado para simulaciones y proyectos de los estudiantes. Con la pandemia nos incorporamos a la grabación de las clases y a gran información online del estudiante, aspecto que ya se hacía en UoB antes de la pandemia.
P: ¿Qué opinión le merece la bioconstrucción?, y a este respecto, ¿cree que se habla más de lo que se hace? ¿Cree que la universidad ha integrado o está integrando el concepto bioconstrucción o todavía no?
La bioconstrucción se toca muy puntualmente en algunos temas de algunas asignaturas, si bien pienso que debe de tratarse como un tema de especialización y que no debería de tratarse en más profundidad si no se trata de un máster o en un curso de especialización. En titulaciones de arquitectura e ingeniería donde se sienten las bases del conocimiento del estudiante esta formación debe ser amplia y generalista para que con esas bases el futuro técnico sea capaz de adaptarse a la evolución de la tecnología y del conocimiento en los más de 30-40 años que le quedarán de profesión.
P: Para terminar, con respecto al sismo y otros eventos catastróficos que sufrimos, ¿qué considera que deberíamos de tener ya todos en la mente para mejorar las respuestas de nuestras construcciones?, ¿y qué deberíamos de estar haciendo?, ¿por dónde considera que deberíamos empezar?
En el caso de acciones extraordinarias sobre las construcciones, lo primero es realizar una gran concienciación social de que esto puede ocurrir. En Alicante no existe conciencia de que estamos en zona sísmica, empezamos a pensar que los grandes eventos meteorológicos pueden ocurrir, pero con el terremoto no. Una vez tengamos conciencia de eso y de que tenemos construcciones de hormigón armado, en algunas zonas, muy antiguas y con prácticamente su vida útil consumida, podremos pensar que esa construcción va a tener unos riesgos muy elevados de necesitar una reparación importante y que además presenta una alta vulnerabilidad frente a acciones extraordinarias, por tanto su precio debe reducirse considerablemente simplemente porque tendrá una menor demanda. Las actuales normativas de construcción exigen unas condiciones de durabilidad que no se demandaban en los años 60-70 e incluso bien avanzados los años 90 del pasado siglo. Vemos claramente en determinadas zonas armaduras oxidadas y desprendimientos de frentes de forjado e incluso daños en los pilares de la planta baja. Si a esto le sumamos una acción extraordinaria la construcción se encuentra en una situación de riesgo importante. En el caso del terremoto el recién publicado borrador de la norma sismorresistente ya incluye qué tipos de acciones se pueden realizar para analizar el riesgo de construcciones existentes y qué medidas se pueden tomar.
Y no podemos despedirnos sin agradecer a D. Salvador Ivorra Chorro su amabilidad y disponibilidad para atender la llamada de la Catedra Krystaline-UMH, brindándonos la oportunidad de conocer de primera mano sus valiosas opiniones y poder trasladarlas a todo el sector.
[1] 35. Ann Y K. Ahn, J H Ryou, J S. The importance of chloride content of the concrete surface in assessing the time to corrosion of steel in concrete structure. Revista Construction and Building Materials. (2009):23; 239-245.